Categoría: Juegos

Gamitz Mobile Studios, establecido en Caracas, ha lanzado su primer juego para el iPhone. Se trata de una versión para el celular del puzzle llamado El Gocho, en el que debes eliminar las fichas de un tablero, moviéndote solamente entre los espacios conectados con líneas. Para eliminar una ficha, debes hacer que otra salte encima de ella. El juego se puede descargar gratuitamente en el App Store del iPhone. El juego ha tenido buena recepción, estando en el Top 100 de aplicaciones en Venezuela y en la sección «New & Noteworthy» de la categoría Board Games en el 5to lugar de la App Store de Estados Unidos.

Lo primero que resalta al ejecutar el juego, es el logo de GameSalad que aparece al inicio. En palabras de Dick Abanto, «GameSalad es una herramienta para desarrollar videojuegos en un editor WYSIWYG, a mi experiencia es un Torque 2D sin scripting».

En su experiencia, la mayoría de los juegos que se han hecho con GameSalad son plataformas, shooters o de acción, por lo que tuvo dificultades para buscar información para hacer un juego de mesa. La herramienta simplifica la labor de desarrollo, pero se limita al uso del mouse para esto, por lo que un cambio en muchos elementos puede hacerse tedioso, al tener que hacer el cambio uno por uno.

GameSalad tiene en planes agregar facilidades para desarrollar juegos multiplayer en línea e integración con Android. En general, aunque la herramienta parece demasiado simple, Abanto considera que es una buena herramienta para hacer juegos.

Esperamos ver más proyectos de Gamitz Mobile, ya sea con GameSalad o con otras herramientas.

Moto es un juego que hice en dos semanas, para el 2do reto de Devigames USB, un grupo de desarrolladores que hace estos retos para sacar un juego lo más rápido posible.

Moto se puede jugar online. Está hecho en AS3, con Flixel v2.5 y as3signals. La fuente se puede descargar aquí. Pueden usarla para lo que quieran.

No se pierdan tampoco de Tron’s Escape, hecho por Ricardo Monascal. Utiliza Java, así que tengan instalado el JRE para ejecutarlo.

Miguel Obando, que participó en el Game Jam, hizo una adaptación a videojuego del juego de mesa que presentamos Yole y yo, El Matrimonio es como el Demonio. Lo pueden descargar de acá (.EXE para Windows, 11MB).

Siendo una implementacion literal de lo que es un juego de mesa en digital, la forma de controlarlo no es común al videojuego típico. De todas maneras, me gusto muchísimo cómo lo hizo (los gráficos de él, con scans de las tarjetas originales) y lo pongo acá para que tengan una buena aproximación de lo que son las reglas escritas en PDF 🙂

(¡Gracias, Miguel!)

Uno de los juegos que más jugué cuando mi PC tenía MS-DOS y yo tenía bastante tiempo libre era Pipe Dream, que resultó ser el port hecho por LucasFilm Games de un juego llamado Pipe Mania. Pues bien, Wil Alvarez (@satanas82) recreó el mecanismo de este juego en Python, en un juego llamado Oil Worker, esta vez utilizando el tema petrolero, que en los venezolanos es un tema que inevitablemente invade todos los espacios de nuestras vidas.

El mecanismo del juego es muy sencillo: en un terreno cuadriculado dispones inicialmente de una salida del crudo y de un punto de entrada del oleoducto de distribución. Tu tarea es construir la tubería que conectará ambos puntos. Pero las tuberías que te dan van saliendo en un orden preestablecido y al azar, por lo que no siempre tendrás la tubería específica para lo que quieres hacer. Por otro lado, tienes que construir rápidamente la tubería, pues el crudo sale al poco tiempo de iniciado el nivel, y va recorriendo rápidamente cada tubería.
Se te dan 50 dólares por cada espacio que recorre el crudo, y se te penaliza si reemplazas una tubería ya instalada por otra.

Oil Worker está hecho en Python y PyGame, así que necesitarás instalar ambos para poder jugarlo (quizás un ejecutable en Windows no estaría de más 😉 ). Aquí está el enlace al juego en la lista de juegos de PyGame, y el proyecto en SourceForge, de donde puedes descargarlo.

Vladimir de la Cruz desde Maracaibo me manda (lo sé, desde hace rato 😛 ) el juego que entregó como parte de su tesis para el título de Ingeniero en Computación, que es un flamante juego en red de tanques llamado TankNation, descargable gratuitamente a través de Sourceforge, 11MB.

La mecanica del juego es bastante sencilla: bajo la modalidad de free for all, un tanque debe sobrevivir los disparos de otros tanques, mientras obtiene power-ups que aparecen cada cierto tiempo en el campo. El juego está hecho principalmente para ser jugado en red, aunque posee una modalidad en la que una inteligencia artificial toma el mando de los demás tanques. La inteligencia artificial no es la más sofisticada, pero hace el trabajo de darte a entender el juego sin necesidad de conectarte a jugar con otra persona.

Así que allí lo tienen, diversión gratuita en red hecha en Venezuela 😉

Tengo un post de casi 3 años en el que invito a la gente a preguntar por algún juego viejo que haya querido volver a conseguir ayudándole a recordar el título. Google mediante, ha llegado un montón de gente preguntándome por un juego que jugaron de niños sobre un carro que va de un lado a otro y hay que echarle gasolina, pagar reparaciones, etc etc etc.

Yo pensaba que el juego era alguno popular cuyo nombre se había perdido en la memoria. Sin embargo, el nombre resurgía cada vez: Ruta 105. Alguno de los comentaristas tuvo la gentileza de subirlo, y pues tuve que descargarlo y jugar por fin para ver de qué se trataba. Puedes descargarlo por acá (ZIP, 4.7MB).

Ruta 105 es un juego argentino producido en 1996 por Tecnología Telecomunicaciones e Informática S.A. Efectivamente, en dicho juego hay que viajar con un carro de una ciudad a otra del país sureño, y durante el viaje ocurren un montón de eventos que involucran sumas, restas, multiplicaciones y divisiones, como averiguar cuántos litros hay que echarle al tanque, cuanto se debe pagar por una multa, por una reparación, y así.

¿Por qué lo estoy poniendo si este blog tiene una clara política de no poner abandonware? Porque me parece increíble de un juego con tan pocas pretenciones sea tan gratamente recordado por quienes lo jugaron, como se puede ver en los comentarios del post que hablé al inicio, aun casí 15 años después de ser publicado. La página de TTI S.A. de Argentina no parece responder, y en el juego no aparece forma alguna de contacto con los programadores, salvo este comentario que me dejó uno de los programadores originales, Ezequiel Glinsky, cuyo blog es este (su blog ha desaparecido de acá).

En fin, lo hago como un servicio público de un juego que tuvo impacto, y al estar en español de pronto no cuenta con una memoria del Internet tan fuerte como las cosas en inglés. Ahora, sírvanse de descargar e instalar Ruta 105. Ojo, definitivamente no es para los que buscan emociones fuertes.

La gente de la Comisión de Defensa de los Videojuegos en Venezuela (síguelos en Twitter por @ANVdeVenezuela) tuvo la gentileza de hacerme llegar estos afiches informativos sobre el esquema de clasificación conocido como el ESRB, hecho por el Entertainment Software Rating Board. Esta asociación, creada por la propia industria de los videojuegos, recibe los juegos hechos por las empresas, y se encarga de jugarlos hasta completarlos, y en base a lo observado emite un símbolo que determina cuál es el mercado apropiado para ese juego.

Para que esta campaña de información funcione tienes que dar a conocer este post y encargarte de que tus padres, mentores, conocidos lean estas dos infografías, ofréceles esta dirección para recordarlo fácilmente: http://www.elchiguire.com/1759. Por pura casualidad del destino, y ya que los vendedores informales suelen poner scans de las cajas de los juegos que venden, estos símbolos también se ven en las copias no originales de los juegos. Infórmale también al vendedor informal de este sistema de clasificación.

(Haz click en cada uno para obtener una versión imprimible)

El objetivo de esta campaña es poder informar al público que el miedo a que los videojuegos creen asesinos seriales es irracional: los padres pueden saber de antemano qué le estan comprando a sus hijos, así que no tienen excusa para decir que no tienen control sobre lo que ellos juegan.