El Chigüire Literario dice NO a la Reforma Constitucional de Venezuela

Interrumpimos temporalmente la programación habitual de videojuegos. Esta vez lo haré de nuevo para presentar un mensaje de emergencia ante la situación política de mi país, Venezuela.

UPDATE: If you can’t read Spanish and you’re interested in this article, Edmundo, from The School Shark Empanada, has translated it completely to English: NO To Constitutional Reform!

Lo que está pasando en estos días

En estos días en Venezuela nuestro presidente Hugo Chávez presentó un proyecto de «Reforma Constitucional» a la Asamblea Nacional, para modificar 33 artículos de la Constitución. Estos artículos fueron debatidos por la Asamblea Nacional y los diputados de ésta agregaron 13 artículos más a esta lista. El problema radica es que todo esto ha ocurrido en menos de 5 meses y en sólo 27 días se quiere someter a votación este proyecto, cuya discusión ha estado plagada de enfrentamientos y actitudes defensivas por parte de los diputados.

A raíz de esta situación expongo mi punto de vista con respecto a esto, y de por qué considero que esta Reforma NO va a mejorar la situación del país.

¿Cómo llegamos hasta acá?

Y es que es difícil resumir nuestra situación actual. Es tremendamente complicada. Fíjense: he comenzado por el final, la votación de la Reforma, pero esto es el resultado de otros eventos y situaciones pasadas, e intentar cubrir todos los flancos implica echar el cuento de la historia de la democracia contemporánea en Venezuela, casi 50 años. A continuación enumeraré algunos puntos sobre este país que creo que pueden resumir un poco el cómo hemos llegado hasta acá:

  • Venezuela tiene un problema de pobreza grave. Y no sólo hablo de la pobreza material de la gente. Tenemos un problema grave de educación que irremediablemente arrastra a toda la población.
  • El problema de la pobreza se agrava con un desequilibrio social patente. Tenemos pobres muy pobres, y ricos muy ricos a la vez. Esto es una bomba de tiempo para cualquier nación.
  • La política de los gobiernos anteriores ha sido populista. El resultado es que una parte importante de la población piensa que el Estado debe proporcionarle todo lo necesario para vivir. Y casi la totalidad piensa que los problemas deben resolverse en meses, cuando revertir esta situación requiere de un plan cuidadoso de años.
  • El gobierno actual, con casi 9 años en el poder, ha sabido captar a una gran parte de la población venezolana, gente pobre en su mayoría. Es un objetivo claro y establecido del presidente de la República quedarse el mayor tiempo posible en el poder, pues se cree el único capaz de resolver los problemas de Venezuela, y no da chance para medias tintas. Es un hecho público las menciones de Hugo Chávez de quedarse en el poder «hasta el 2021», «hasta el 2031», o «para siempre» como lo ha admitido en otras ocasiones.
  • En un plan político magistral, se le hace creer a esta gente que los problemas de Venezuela son causados por «los oligarcas» y «las cúpulas podridas». Y aunque es cierto que en Venezuela han habido grupos pequeños de gente con una altísima concentración de poder, lo cierto es que quieren meter en ese paquete a toda persona que ha logrado alcanzar un buen nivel de vida con trabajo honesto.
  • Al mismo tiempo este plan incluye la promesa constante de un futuro mejor, un futuro mejor, y el futuro… nunca llega: seguimos con los mismos índices de pobreza. No importa que el gobierno maquille todos los índices que quiera y los defina a su gusto. Las cifras sobran cuando usted sale a la calle y ve la realidad de frente.
  • Lo anterior ha causado una ruptura social nunca vista en muchas décadas. Yo no exagero si digo que actualmente existen dos Venezuelas enfrentadas. De aquí surgen radicalismos de lado y lado que terminan en peleas, heridos y hasta muertos. Desde este radicalismo surgen visiones terriblemente sesgadas de la realidad en ambos lados: todo aquello que no esté acorde con la línea de pensamiento presidencial es inmediatamente etiquetado de contra-revolucionario, oligarca, golpista, etc., y se sacan conclusiones rápidas, como que son cosas financiadas por Estados Unidos, uno de los enemigos más acérrimos de la ideología gubernamental, aunque seguimos haciendo negocios alegremente con ellos.

Volviendo al tema

La Reforma Constitucional sigue de cerca los puntos acerca del gobierno que describí anteriormente.

Por una parte plantea cambios muy fuertes a la Constitución que merecen rehacerla nuevamente: reelección indefinida para el Presidente (o reelección contínua, o como los personeros del gobierno hayan intentado darle vueltas y vueltas para que suene tan feo), establecer un sistema Socialista de gobierno, algo que sabemos que no ha funcionado en otros países del mundo, limitar derechos humanos básicos en caso de estado de excepción, cambia la definición de propiedad privada para darle paso al control del gobierno de esta propiedad.

Por otra parte plantea cambios de la misma naturaleza populista que hemos tenido incluso antes del gobierno actual: reducir la cantidad de horas de trabajo semanales, reconocer en un papel «el poder del pueblo», o sea lo que eso signifique, y algunas otras cosas más.

Y no es que la Reforma sea mala en su totalidad. La cosa es que la última pieza de la maquinaria que le daría poder en exceso al presidente es que toda esta serie de cambios se quieren votar en bloque, haciendo solamente hasta hace poco el cambio a dos bloques de leyes, pero con la misma intención que expliqué anteriormente.

Es por esto, entre otras razones, que NO estoy de acuerdo con esta Reforma. NO a la Reforma.

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