Aprovecho el final del día de hoy para hablar un poco sobre el día del videojugador. En Twitter podrán buscar por el hashtag #diavideojugadorvzla para tener una perspectiva de lo que hablo.
Un grupo en Facebook decidió nombrar a este día como el Día del Videojugador, en ocasión de cumplirse un año de la entrada en vigencia de la Ley de Prohibición de Videojuegos y Juguetes Bélicos. Como lo prometieron hace un año, le dieron difusión a esta iniciativa el día de hoy, el cual fue aprovechado por muchas personas para expresar buenos recuerdos con los videojuegos. En lo particular, espero que haya sido un día que les haya traído al menos una sonrisa.
Pero creo que más allá de dedicar un día a mirar a los juegos con nostalgia, una ley como esta nos debería impulsar a ser actores activos de esta sociedad. A ser ciudadanos que nos agrupamos con el objetivo de cambiar lo necesario para dejar las cosas mejor que como las encontramos.
Y sí, los entiendo, eso pareciera que en Venezuela fuese una estupidez. ¿Quién quiere hacer algo en este país con una gente tan obtusa? Y el problema de este pensamiento es que es el resultado de sucesivos golpes colectivos que nos hemos dado, hasta llegar al punto de ser seres pasivos, que esperamos a que las cosas pasen para luego reaccionar.
Sin restar el mérito de recordar la fecha de la introducción de esta ley, creo que el hashtag sirvió como sirven muchos de los hashtags a los que estamos acostumbrados en la tuitósfera venezolana: un momento para quejarse, y luego a otra cosa, mariposa.
Desde esta tribuna los invito a participar, a ser más activos, a proponer ideas, y llevarlas a cabo, a hacer acciones que verdaderamente tengan un peso dentro de nuestra sociedad. Ser político no significa solamente lanzarte a candidato de cualquiera de los cargos públicos que hay en el país. Ser político significa también tomar en tus manos el cambio de una situación. De pararte y decir las cosas de frente, y decir que están mal, y conseguir un consenso con otras personas e instituciones para mejorar lo hecho.
Sí, eso toma más que un día, y es tedioso, y al final nadie te felicita por ello. Pero la satisfacción de ver un trabajo bien hecho, que esté siendo considerado por factores que sí pueden hacer una diferencia en el país, no se compara con nada.
Los invito a pasar por la página de la Fundación Filantropía, donde se ha hecho un trabajo constante desde el año pasado para educar a las instituciones gubernamentales sobre los esquemas de clasificación de videojuegos.