Este fin de semana sucumbí a la tentación de abrir un Formspring, un formulario en el que un usuario, anónimo o no, te hace una pregunta. Al principio vi que otros se habían abierto sus formsprings, pero preguntaban necedades. Tengo la fortuna de que a mi me preguntan cosas realmente interesantes, así que para dejar constancia acá, republicaré algunas preguntas respondidas allá (y así también las pueden ustedes comentar 😉 ). Editaré las preguntas para ajustar la ortografía y puntuación.
Pregunta anónima: ¿Qué piensas del desarrollo de juegos en las universidades? ¿Eso existe? ¿Conoces alguna universidad o algún profesor que sea como tú?
Las universidades, y específicamente las escuelas y departamentos de computación, están naturalmente reacios a recibir a los videojuegos. No los entienden, y además en principio no parecen aportar nada a sus áreas de conocimiento.
Las escuelas y departamentos de computación por lo general son fundados por «científicos computacionales», o «computer scientists». Decir que esta rama de la ciencia trata de computadoras es como decir que uno estudia astronomía para trabajar con telescopios. La computadora es simplemente la herramienta más adecuada para probar las teorías propuestas por estos científicos, pero en realidad estas teorías van más allá de las computadoras como entes físicos, para meterse más a la rama matemática. Por eso la lógica simbólica y las matemáticas discretas son materias fundamentales en cualquier pensum.
Una universidad más abierta a los videojuegos necesariamente tiene que abrirse a otros campos relacionados con la computación. Daré algunos ejemplos.
En primer lugar, la relación entre las computadoras y los seres humanos, conocido como las interfaces, tiene una estrecha relación con la psicología. Los videojuegos necesariamente tienen que darse a entender para que el jugador pueda jugar, entretenerse y engancharse: allí entra la parte psicológica que un pensum de computación no puede ofrecer.
Otro ejemplo más cercano a la computación son los algoritmos de inteligencia artificial, basados en construcciones matemáticas, e implementadas elegantemente en los juegos, de tal manera que son transparentes al jugador.
Finalmente, los videojuegos tienen una relacion estrecha con el hardware que los corre. La visión de los creadores de los juegos por lo general tiene como resultado que el hardware en el que corre se le exprime hasta la última gota de desempeño (Nota relacionada, revisa este link sobre Pseudo 3D http://www.gorenfeld.net/lou/pseudo/). Esto podría tener alguna aplicación sobre el campo de los sistemas operativos, pero también sobre el campo de la construcción de algoritmos. La búsqueda de maneras más eficientes de procesar datos y de algoritmos que faciliten esto podría terminar de aportar algo al campo de computabilidad.
Por otro lado, los juegos en general tienen otra parte que definitivamente no tiene por qué pertenecer a un pensum de computación, y en parte me siento como haciendo trampa a la computación en mis clases cuando doy este contenido. Los juegos tienen una parte de construcción de sistemas que no puede ser enseñado directamente, el creador tiene que enfrentarse directamente para poder absorber esos conociemintos.
Más importante aún, los juegos tienen una parte de entretenimiento, estructura narrativa, de conexión emocional con el consumidor, que llevan toda una vida para aprender y dominar.
Dicho lo anterior, sí existe un campo para desarrollar juegos en la universidad, sólo que no puede ser un esfuerzo exclusivo de computación, debe necesariamente ser un campo multidisciplinario. Solo mira la cantidad de juegos serios/simuladores que se desarrollan para médicos, pilotos, militares, etc. Existirán algunas tesis que podrán autocontenerse en el departamento de computación, pero me temo que son pocas. Chester (http://vimeo.com/5568115) es un ejemplo de una tesis de inteligencia artificial que empleó un juego como excusa.
Si se da algún cambio en las universidades, tiene que provenir de sus propios estudiantes. En mis estudios tuve la fortuna de contar con un profesor que abrió una materia (Andreas Meier, gracias). Pero de resto, fueron los estudiantes los que lograron abrir la electiva que di en la UCAB. Esto lo digo porque sí conozco profesores que gustosos darían materias o proyectos relacionados, pero están atados por sus escuelas (UNE, I’m looking at you).