
Julio Rito, de México, ha escrito el siguiente artículo denunciando un concurso que se desarrolló en su país, llamado Juego de Talento. Salvo algunas ediciones de estilo, aquí publico en su totalidad su escrito. Más del escrito después del salto:
Es por todos sabido que Latinoamérica no ha destacado mucho en cuanto a desarrollo de videojuegos se refiere. Aún al día de hoy, las iniciativas para formar grupos de diseño, desarrollo o enseñanza han sido pocos y generalmente creados de forma independiente, por entusiastas. De ahí que, en muchos de estos casos, aunque su esfuerzo es admirable, no logran obtener el éxito que merecen pues a pesar de contar con conocimientos y creatividad, generalmente se encuentran muy limitados en recursos económicos y técnicos.
Sin duda, este panorama sería muy diferente si una entidad con estos recursos apoyara a los proyectos de desarrollo de videojuegos independientes. Me atrevo a decir que todos hemos soñado alguna vez con que uno de nuestros proyectos sea bien recibido por una empresa y nos ofrezcan financiarlo… eventualmente, ese proyecto podría convertirse en un éxito y haría posible crear una empresa latinoamericana que algún día pueda estar a la par con Bungie, Ubisoft, Nintendo o alguno de los grandes desarrolladores de la industria.
Este sueño se convirtió en la premisa para un concurso que surgió en México, a mediados del 2008, llamado Juego de Talento. Creado por un hombre que se presentaba como Gabriel Grinberg, economista, fundador y director del Fondo de la Nueva Economía (FONE), prometía a los 3 ganadores la creación de su propia empresa, así como todos los recursos necesarios para producir su videojuego. ¿Demasiado bueno para ser verdad? La página del concurso no era muy profesional que digamos, la convocatoria tenía algunos detalles «oscuros» y fuera de Grinberg, no parecía haber otros organizadores, pero este hombre aseguraba contar con el apoyo de distintas entidades oficiales: El Gobierno del Distrito Federal (Capital de México), la Secretaría de Economía (que supuestamente proveería del apoyo monetario al ganador), la Secretaría de Educación Pública e incluso la IGDA: Chapter Mexico.

- Fuente: Sol de Mexico, 08/08/2009, Página 3D

Así que con las sospechas despejadas, cientos, quizás miles de estudiantes, profesores y desarrolladores independientes se lanzaron a la convocatoria. Textualmente, las bases consistían en «Enviar un storyboard donde se presente tu idea de videojuego, el registro del concepto ante el Instituto Nacional de Derechos de Autor y un documento en que se describa tu proyecto y la categoría en que participarás: Acción, Estrategia o Puzzle«.
Y si mi proyecto es al estilo King of Fighters, ¿en que categoría lo inscribo? Esta pregunta fue hecha por una participante, a la página del concurso. Quien le respondió fue el organizador del concurso en persona: «Yo lo inscribiría en Estrategia«. Este y otros muchos «detalles» daban a pensar que Grinberg no sabía absolutamente nada de videojuegos… o de administración de páginas web, pues el recién estrenado Foro oficial del concurso estaba muy mal configurado. De ahí que muchos usuarios, entre ellos su servidor, tuviéramos constantemente problemas para entrar a él.
«Pobre, quizás no es muy bueno en estos asuntos de la informática, pero su iniciativa es buena y personalmente la apoyo» — pensé, antes de enviarle un correo en el que le señalaba como podía resolver algunos de los errores que había encontrado en la página y el Foro. A la mañana siguiente, me respondió solicitándome mi CV, pues quería que yo me convirtiera en uno de sus colaboradores.
André Bretón dijo una vez que México era un país surrealista. Personalmente, no lo había sentido así hasta ese día, a partir del cual, el señor Grinberg me llamaba constantemente para solicitarme todo tipo de cosas: Moderar el foro, remodelar la página, diseñar una nueva mascota para el concurso (pues la anterior no era muy creativa que digamos), pensar nuevas ideas para la siguiente fase del evento, responder a las dudas de otros participantes, escribir una serie de artículos sobre los Game Engines más recomendables para los desarrolladores independientes… y un largo etcétera. En esos momentos, Junio del 2008, su servidor apenas contaba con 17 años, mientras que los miembros de mi equipo tenían una edad aún menor.

Suena extraño, quizás increíble, pero así fue: Un grupo de niños asesorando a quien se autoproclamaba como un gran economista y pionero en la creación de la industria de videojuegos en el país. Mucha de la difusión que tuvo el proyecto fue a través de blogs y Foros de nuestros amigos, buena parte del discurso que dio durante un evento en el World Trade Center fue escrito por mí y muchos de los «innovadores conceptos» que fueron (mal) aplicados durante la segunda fase del concurso no fueron exactamente ideas suyas. ¿Quién era este hombre entonces? Un estafador sin escrúpulos y un ávido deseo de hacerse de dinero fácil aprovechándose de los sueños de los demás. Al menos, eso le comenté en secreto a un amigo que conocí en el concurso. Para pasar a la segunda fase, primero debías exponer tu proyecto ante los jueces, en una simulación de «pitching«. Para mí fue especialmente difícil, no sólo por el temor a hablar en público… sino porque antes de iniciar esta etapa, Grinberg me habló en persona y en privado: Hasta ese momento, había sido al mismo tiempo Juez y concursante. Yo le había comentado que lo había hecho porque apoyaba su iniciativa, no porque deseara favorecer a mi proyecto de alguna forma, por esta razón, dos semanas antes de la segunda fase del concurso, había resignado a mi puesto como administrador de la página y moderador del foro… Pero él pensaba de forma diferente. Me propuso seguir como juez y asegurar el primer lugar para mi proyecto, a cambio de que «confiara en su buen juicio para administrar mi empresa y el dinero del premio«. Así que cuando tocó mi turno, la situación fue particularmente incómoda para mí, pues me negué rotundamente a ganar de esa forma y temía ser descalificado en ese mismo momento.
No sucedió. Mi equipo, junto con otros 11, pasamos a la segunda fase del concurso, la cual estuvo llena de irregularidades: Durante las votaciones, se usaron scripts para generar miles de votos a favor de un proyecto, hubo cuentas «fantasma» en el Foro, mecánicas que no tenían sentido, equipos que fueron descalificados sin ofrecer razón alguna, usuarios que insultaban a los participantes sin que los nuevos moderadores hicieran algo al respecto… Porque sí, para ese momento (para ser exactos, casi un mes antes de mi renuncia), Grinberg se había hecho de nuevos colaboradores: Gonzalo (Udii), desarrollador mexicano que originalmente había sospechado del concurso, José Eduardo Terán, ingeniero venezolano con un gran talento como motivador y un nulo ejercicio en desarrollo de juegos, Pablo Molezún, productor de televisión argentino que escribe discursos de odio sobre el país que le dio asilo, pero que gracias a él nuestros proyectos gozaron de 5 segundos de fama en un noticiero matutino… y otros más, que eventualmente, se retiraron del concurso o no tuvieron la presencia de los anteriores.

Finalmente, a finales de Noviembre del 2008, fueron electos los equipos ganadores: De acuerdo al contrato firmado por los participantes del concurso, a ellos les correspondería lo siguiente:
Primer Premio: $30,000
Apoyo para desarrollo del proyecto y obtención de financiamiento
Tarjeta Emprendedor de la Secretaría de Economía que financia el 100% del proceso de incubación de la empresa creada
Premio Especial Autodesk Media & Entretenimiento
Equipo de Cómputo
Consola Xbox 360 con 5 videojuegos
Segundo Premio: $20,000
Apoyo para desarrollo del proyecto y obtención de financiamiento
Tarjeta Emprendedor de la Secretaría de Economía que financia el 100% del proceso de incubación de la empresa creada
Consola Xbox 360 con 3 videojuegos
Tercer Premio: $10,000
Apoyo para desarrollo del proyecto y obtención de financiamiento
Tarjeta Emprendedor de la Secretaría de Economía que financia el 100% del proceso de incubación de la empresa creada
Consola Xbox 360
Ninguno de ellos llego a recibir algún artículo en esa lista. Estos recursos pasaron a manos de Gabriel Grinberg, quien al día de hoy, sigue sin proporcionárselos a los respectivos ganadores.
La ironía en esta situación fue que me había negado a que mi proyecto ganara, pues no deseaba ser injusto con mis compañeros desarrolladores, sabía que muchos merecían y sobretodo, necesitaban el premio más que yo. Tampoco me parecía muy agradable que, tras ganar, Grinberg fuera quien administrara el premio y mi empresa. Pensé que al negarme, los equipos ganadores serían libres de usar estos recursos a su voluntad, pues ellos contaban con la experiencia para saber lo que se necesita para crear un videojuego… Y sin embargo, sucedió exactamente lo que quería evitar. Como lo comenta uno de los equipos ganadores, Grinberg terminó apropiándose del premio que ellos ganaron con su esfuerzo, y al día de hoy, ellos siguen sin obtener el apoyo que se les prometió. Y no son los únicos: Este concurso se realizó por segunda ocasión el año 2009, con el mismo resultado.
Agradezco el espacio proporcionado por Ciro Durán (chiguire) para contar esta historia. Siento que es de especial interés para todos nosotros, los que aspiramos a desarrollar videojuegos en latinoamérica, para ser cuidadosos con este tipo de iniciativas. En este caso, lo «único» que perdimos fue nuestro tiempo, esfuerzo y recursos, pero de igual forma, pudimos haber perdido un concepto innovador, pudieron robar nuestros proyectos, producirlos a nuestras espaldas, venderlos a un desarrollador… Tengan cuidado, valoren el esfuerzo que ponen en cada uno de sus proyectos, y sobre todo, para mis compañeros participantes en este evento: No se queden callados. Este hombre se aprovechó de la ignorancia de nuestro gobierno, de nuestros sueños y nuestro conocimiento para hacerse de dinero fácil. Esto es un crimen, y podemos denunciarlo. Pongo a su disposición la evidencia que he reunido en contra de él, para que junto a lo que han pasado, este crimen no quede impune.