Esta es la noticia que trae Gamasutra en varias notas. Mercenaries 2: World in Flames es un juego desarrollado por Pandemic Studios, una compañía con sedes en la Costa Este de USA y en Australia, y se espera que se lance para finales de 2007. El juego en cuestión ha sido bastante controversial en los círculos políticos venezolanos, con Ismael García dando declaraciones al estilo de “Creo que el gobierno de los Estados Unidos sabe como preparar campañas de terror psicológico para que las cosas puedan ocurrir después». Se preguntarán ustedes por qué un videojuego más del mercado puede causar tanta polémica. Les tengo el dato. La noticia podría venir sin comentarios míos, porque ya es lo suficientemente hilarante como está.
Mercenaries 2 está aún en construcción, así que lo poco que se sabe del juego es que la historia se desarrolla en Venezuela, donde (y citando la página oficial del juego):
Mercenaries 2: World in Flames™ is an explosive open-world action game set in a massive, highly reactive, war-torn world. A power-hungry tyrant messes with Venezuela’s oil supply, sparking an invasion that turns the country into a warzone.
En español:
Mercenaries 2: World in Flames™ es un explosivo juego abierto desarrollado en un mundo masivo, altamente reactivo y desgarrado por la guerra. Un tirano hambriento de poder se mete con el suministro de petróleo de Venezuela, desencadenando una invasión que vuelve al país en una zona de guerra.
Como pueden ver y comprender, un videojuego con una historia así atrae la atención de los venezolanos. A mí en particular me da curiosidad, sobretodo por eso de que Venezuela está «desgarrada» por la guerra. La noticia, sin embargo, sigue: Venezuela Solidarity ha pedido a todos los ministros religiosos firmar una petición a Bono, el cantante de U2, para que restrinja la distribución de Mercenaries 2. ¿Por qué a Bono?, porque él es uno de los dueños de «Elevation Partners», una empresa que ha invertido fuertemente en Pandemic Studios. Venezuela Solidarity es una asociación cuyo propósito (tomado de su página oficial) es:
[…]increase communication among groups that oppose US intervention in Venezuela, support the right of the Venezuela people to self-determination, and support the Bolivarian revoluntion[…]
Ese revoluntion es falla de origen. En castellano:
[…]aumentar la comunicación entre grupos opuestos a la intervención de los Estados Unidos en Venezuela, respaldar el derecho de los Venezolanos a ser auto-determinados y respaldar la revolución Bolivariana[…]
La carta en inglés está aquí, con enlaces para la carta en español (PDF). Independientemente de los revolucionarios que puedan ser (o no) en esta asociación, la carta en español asegura:
El juego, “Mercenarios 2,” es producido por Pandemic Studios la cual ha sido contratada para crear videojuegos sumamente reales que son utilizados como entrenamiento por el ejército norteamericano. Pandemic Studios usa la misma tecnología de los videojuegos de entrenamiento para que las escenas de “Mercenarios 2” sean lo mas reales posible. Alguién que haya estado en Caracas puede inmediatamente reconocer en este juego las calles y otros sitios familiares de la ciudad.
Ahora bien, como les dije anteriormente, Mercenaries 2 está todavía en desarrollo, y por el tono de la carta pienso en dos opciones: 1) La gente de Venezuela Solidarity tuvo acceso exclusivo a una demo de este juego, o 2) (la más plausible) La gente de Venezuela Solidarity vio los screenshots que están publicados en la página oficial del juego. Dado que Venezuela Solidarity es una asociación civil sin ningún acceso privilegiado en la industria de los videojuegos (pienso yo), me inclino por la segunda opción. La página de Mercenaries 2 tiene en este momento 40 screenshots del juego, así que me di a la tarea de revisarlos todos a ver si reconozco alguna parte de Caracas, ciudad en la que resido desde hace más de 14 años.

Un soldado venezolano se baja al lado de un kiosko en Chacaíto para comprar una Playboy Venezuela.
Confieso que hay muchas partes de Caracas que no conozco porque no transito por allí. Pero, carajo, esperaba que Pandemic me pusiera la Plaza Bolívar, o Miraflores (cuya versión en el juego parece más la mansión de un narcotraficante mayamero), o al menos las Tetas de Maria Lionza, o el 23 de Enero, que son edificios relativamente sencillos de modelar. Si un lector forma parte de Venezuela Solidarity, me disculpa en estos momentos el modo extremadamente sarcástico en el que me encuentro ahora, pero lo invito de todo corazón a que me señale (a mí, venezolano por nacimiento), en qué parte de un juego incompleto se puede destruir un edificio de PDVSA, como la escritura vaga y ambigua de la carta lo implica. De ser así, con todo gusto haré seguimiento de esta noticia y me retractaré públicamente de lo que he dicho en este artículo.
Continuando en la misma onda, yo recuerdo haber visto un documental donde un militar obsesionado con la guerra entrenaba a niños y adolescentes para que fueran soldados mediante juguetes y videojuegos, les presento el poster del documental:

Seriamente, gente, los videojuegos no son como los pintan en Toys. Pandemic no está desarrollando el software de entrenamiento para que soldados estadounidenses vengan con sus peroles a poner orden aquí (a menos que usted, amigo lector, amiga lectora, piense que los Marines son muchachos de 12 a 17 años con muchas ansias de matar). Para fantasías animadas de ayer y hoy, existen infinidad de foros y páginas donde se le puede dar vuelo a la imaginación. Yo continuaré apegado a la realidad y veré este juego como lo que es: un juego hecho por gente que vio demasiado Rambo.
(Gracias a Edmundo por apuntarme al enlace)
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